Lionne.

Tú...

No eres tu nombre. No eres tu empleo.

No eres la ropa que vistes ni el lugar en el que vives.

No eres tus miedos, ni tus fracasos... ni tu pasado.

Tú... eres esperanza.

Tú eres imaginación.

Eres el poder para cambiar, crear y hacer crecer.

Tú eres un espíritu que nunca morirá.

Y no importa cuántos golpes recibas,

te levantarás otra vez.

viernes, 9 de diciembre de 2011

La vie en rouge (Caride)


¿Por qué se empeñaba Edith Piaf en decir que la vida es rosa? No, de eso nada. El cabello de Caride era completamente rojo, rojo como el fuego, como los amaneceres en el campo, como la maleta que Nathan se llevó a San Francisco, como los frutos que da nuestro manzano del jardín, como la sangre recién derramada. Y sus labios, oh, aquellos labios en forma de corazón, eran también de un rojo tan intenso que parecían formar un universo entero, allí, atrapado entre carmín.
Y entre su pelo y sus labios había tanta vida que el error de Edith Piaf era innegable. La vida, desde el momento en que conocí a Caride, era roja.

No hay comentarios: